Soy un hombre bestia, quizás el último que queda. Nuestra raza fue perseguida por años, por orden de los Caballeros de la Luz, que nos veían como una ofensa a su Dios todo poderoso. Nosotros adorábamos otros Dioses, ninguno de los cuales decía ser benevolente, y ninguno de los cuales te juzgaba por tu aspecto u origen. Todos podían ser parte de su Lof, porque la Madre Noche llega a todos los Rincones y es siempre Noche para quién la necesita. Mi pueblo, que se llama a si mismo Nkau Iché, Gente Salvaje, proviene del Norte, muy al norte, en el lago Bokén. Allí, según la tradición, la Madre Noche dio a luz a sus Siete Hijos, que se unieron a las hijas de Quilof. De esa unión surgió una estirpe de cazadores cuyo corazón era salvaje y permanecía unido a la naturaleza. Tal vez tú, amigo, no creas en mitologías fantasmagóricas. Yo si lo hago, pero respeto tu opinión, y podrás conformarte con saber que nuestra raza mestiza se asentó por vez primera en el Lago Bokén, llamado por otras tribus del lugar como Cuna Lunar. En ese lugar hubo aldeas y desarrollo de artes y tradiciones. Fue el primer hogar de mi pueblo, hasta que los Pioneros invadieron el lugar reclamándolo como suyo, siendo que nunca antes habían estado por allí. Quisieron convencernos de que estaban en su derecho de asentarse en ese lugar, de convertirnos, de robarnos nuestros bienes. Pero nosotros no atesorábamos nada material, y esclavizaron entonces nuestros cuerpos. Comenzaron los enfrentamientos, y, finalmente, secaron el Lago. Sin aquella fuente de subsistencia, mi gente huyó hacia el sur, cada vez más al sur. Habitaron en montes, pastizales y bosques. Pero el hombre continuó hostigándonos. Y los Caballeros de la Luz, enterados de nuestra existencia, nos visitaron, nos hablaron de amor y bondad. Pero sus palabras sólo encerraban tortura para aquel que no la siguiera. Y fue el origen de un genocidio planificado hacia mi raza. Los Caballeros derrumbaron Montañas, quemaron Pastizales y talaron Bosques completos, arrebatándonos nuestro hábitat por pura crueldad, repasando con la espada al que quedara atrás, hasta hacernos olvidar lo que significa la palabra Hogar. Porque para los Caballeros de la Luz, aquel que no adora al Dios no merece descanso, ni paz, ni compasión.
Así mi pueblo llegó a las desoladas pampas cenicientas en dónde yo nací. Luego supe que la Orden estaba feliz con ese resultado. Esperaban que muriéramos o que decidiéramos unirnos al amor infinito del Dios con tal de escapar de aquella tortura. Una nueva comitiva de la Caballería nos visitó, pero ocurrió algo inusitado para ellos.
Éramos felices.
Vivíamos sin tecnología, sin Iglesias Universales ni burocracia, sin fantasmagorías sociales. Sobrevivíamos tomando lo que necesitábamos de la Tierra, sin sobreexplotarla ni mecanizarla. Y éramos felices, lejos del Sagrado Orden Divino de las Cosas.
Y eso no podía ser. Por eso quemaron nuestras casas y mataron a mi gente. Unos pocos fuimos elegidos para servir de ejemplo a otras razas: siendo lo que son, bestias sin alma, a lo mejor que pueden aspirar es a acabar como esclavos en una casa señorial, la cual posee más pureza en su basura que la ustedes podrán tener jamás en su corazón.
Así mi pueblo llegó a las desoladas pampas cenicientas en dónde yo nací. Luego supe que la Orden estaba feliz con ese resultado. Esperaban que muriéramos o que decidiéramos unirnos al amor infinito del Dios con tal de escapar de aquella tortura. Una nueva comitiva de la Caballería nos visitó, pero ocurrió algo inusitado para ellos.
Éramos felices.
Vivíamos sin tecnología, sin Iglesias Universales ni burocracia, sin fantasmagorías sociales. Sobrevivíamos tomando lo que necesitábamos de la Tierra, sin sobreexplotarla ni mecanizarla. Y éramos felices, lejos del Sagrado Orden Divino de las Cosas.
Y eso no podía ser. Por eso quemaron nuestras casas y mataron a mi gente. Unos pocos fuimos elegidos para servir de ejemplo a otras razas: siendo lo que son, bestias sin alma, a lo mejor que pueden aspirar es a acabar como esclavos en una casa señorial, la cual posee más pureza en su basura que la ustedes podrán tener jamás en su corazón.
1 comentario:
la verdad es toy super perdido cronológicamente, espero que con más se llegue a aclarar todo. Igual ta pulenta la narración.
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