22.1.12

Tres escenas para el Rey de los Piratas

1.- Enciclopedia Samética; Pg. 397, Volumen III

    "Hay varias versiones de la historia de Rex San Lobo. La primera, muy probablemente la más precisa en cuanto a hechos históricos, habla de un hombre joven, burócrata encargado del departamento de integración de Milodón City, que entre otras cosas era amigo y hombre de confianza del montonero y saqueador Espartaco Monterrosso. SE dice que una noche se fueron de copas, Rex, Espartaco y un par de amigos más, a un tugurio de mala muerte, dónde tuvieron un malentendido con una brigada de truhanes que los superaban ampliamente en número. En lugar de huir, el grupo ofreció pelea, y contra todo pronóstico, salieron victoriosos, ganándose San Lobo el epíteto de "El Asesino de Mil Quinientos". Está victoria le significó popularidad y liderazgo, al punto de convertirse en el brazo derecho y contra parta de Espartaco: mientras el mulato asolaba la tierra, Rex se movilizó por mar, dirigiendo saqueos y asolando puertos, escapando de su vida monótona. Su particular forma de ser y su ferocidad al mando de la tripulación le valieron el título de "Rey de los Piratas"
    A su muerte a manos de la policía Urboria, su mujer, Adelleda Michoacán, tomó el mando de la tripulación, haciéndose cargo de las operaciones de guerrilla marina de los montoneros, y manteniendo durante años el reinado del terror del difunto rey.
    La versión "Legendaria" nos habla de un Rex San Lobo, ya Asesino de Mil Quinientos y Rey de los Piratas, imbuido de habilidades inimaginables a nivel humano. Son estos "poderes" los que lo habrían ayudado a escalar tanto en el mundo de la violencia. A la muerte de su amada Adelleda, Rex se retrajo a sus cuarteles y no se le vio por un intervalo de al menos dos años. Si bien seguía dirigiendo a sus hombres desde las sombras, pasó a una categoría de leyenda viviente y mucha gente comenzó a olvidarlo. Sus hombres le obedecían ciegamente sin saber bien qué estaban robando, hasta que un día emergió de su escondite y reunió a toda su flota para darles un discurso. No parecía haber envejecido un día. Les contó la historia del Capitán Cornejo, militar de Nueva Cummings, que en busca de un soldado perdido había dado con las coordenadas del Infierno. "El asunto es simple", dicen que dijo Rex; "Si se puede alcanzar el Infierno, entonces es también posible alcanzar el Cielo".
    Todo su plan se destapó: los robos de los últimos dos años eran tecnología de punta destinada a convertir la flota de barcos piratas en naves voladoras, con el objetivo final de asaltar el cielo y reducirlo a cenizas.
    "Así me vengaré de Dios por quitarme lo que yo más amaba"
    Los Barcos Voladores surcaron las nubes en busca de la inalcanzable morada celestial. Contra todo pronóstico, los mugrosos piratas hallaron el Cielo, en dónde se trenzaron en cruenta lucha contra los ángeles que protegían el lugar, enfrentando carcomidos machetes y oxidados cañones iónicos contra lanzas angelicales. Estuvieron a un paso de lograr su cometido, pero cuando Rex se aprestaba a quemar las puertas del Cielo, algo inesperado ocurrió.
    Adelleda se apareció frente al Rey de los Piratas.
    Dicen que dijo:
    "Amor, las cosas no siempre son como deseamos, no puedes luchar contra el destino"
    Dijo:
    "Mira nada más lo que eres capaz de hacer: con tu sola voluntad has alcanzado un lugar que para muchos no es más que leyenda"
    Dijo
    "Eres poderoso Rex, pero en esta vida hay cosas más poderosas que tú. La venganza no conduce a nada ¿Cambiará algo quemar el cielo y asesinar a Dios? ¿Hará esto que yo vuelva a la vida? Sabes que no. Te amo, y siempre lo haré, pero lo has arruinado todo. Ahora nunca podrá volver a este lugar. Dios es más poderoso que tu ira"
    Entonces los buques perdieron sustento y cayeron al mar. Casi toda la tripulación murió, salvo los más fieros y hábiles. Pero el Rey de los Piratas no murió: Desde aquel día pesa en él la condena de la inmortalidad, aquella que le impide volver a ver a su amada más que en sueños. Porque es  el hombre más miserable y solitario del mundo, porque las puertas del cielo están cerradas de par en par para él, y sus blasfemias no son bienvenidas ni siquiera en el infierno."

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