21.1.10

OBSESIONES

Cada persona tiene sus propias influencias, sueños y secretas obsesiones. Esto se ve reflejado con aún más claridad en los así llamados "Escritores", que vuelcan en sus páginas sus anhelos y deseos, muchas veces escribiendo sobre la vida que les gustaría haber tenido, o sobre el mundo en el que les habrá gustado nacer. Allí entro yo.
No me considero ni mucho menos un escritor, aún me falta mucho. Releyendo mis textos me doy cuenta que no soy un ficcionista, no relato historias. Por ahora soy meramente un "Aneccdotista" que habla de ciertas weas que no pasaron. Es parte de aprender, supongo, pero aún soy jóven y hay tiempo para aprender a escribir de verdad.
Cada escritor tiene sus propias obsesiones. No hay más que mirar un par de libros del mismo autor para darse cuenta. Borges estaba cagado con la dualidad, el número 7 y los laberintos. Lovecraft con los monstruos del Ello, con Dioses caoticos y latentes, para nada piadosos como el que adoraban sus ingenuos contemporaneos. Miguel Serrano tenía una fascinacion hacia el Territorio Mágico Chileno; Hesse volvía los pasos hacia la contradiccion entre el hombre civilizado y su bestia interna. Camus tenía entre ceja y ceja la alienación y el "Deber Ser"; del mismo modo que Orwell retrataba distopías acerca de su desencanto hacia la dictadura del proletariado y la enajenación política. No pretendo ni mucho menos compararme con estos Dioses literarios, pero debo decir, al margen de todo esto, que yo tambien tengo mis propias obsesiones comiendome la cabeza, que procederé a enumerar como un método catartico para hecharlos afuera, para tener claro cuales son los puntos de fuga que me carcomen y para enfrentarlos de una vez en una especie de "Mea Culpa" mental. Allá va la bala. Atajala.
  • Pugnas Políticas. Durante mucho tiempo fue uno de los tópicos que más me obsesionaron. El idear una sociedad organizada implicaba por fuerza el incluir gente corrupta en el poder jugando sucio estrategicamente, idealistas que con el tiempo morían o se convertían al bando del contrario, y caudillos arquetipicos y amorales del lado del débil. Tiene que ver con otra fijación de la que hablaré más adelante...
  • Poderes Sobrenaturales. Junto con el tópico anterior conformó durante mucho tiempo la quintaescencia de mi narrativa. No podía haber historia en la que no hubiera conflictos politico/sociales y personajes lanzando de sus manos fuego o descargas electricas. Esto tiene su origen en la terrible influencia que causó en mi el bombardeo de imagenes violentas en videojuegos y monitos que vi de pendex (influencia de la cual no me arrepiento).
  • El Demonio de la Razón. El principal "amigui" de los poderes sobrenaturales. Nunca me convenció la descarga gratuita de superpoderes de X-Men o Heroes, así que siempre busqué una respuesta racional, dentro de lo posible, de estos aconteceres. Anatomía modificada, aditamentos especiales, la mente como una inmensa batería que podía descargar energía en forma sistematica pero para lo cual requería un inmenso entrenamiento y a veces intervension, el cuerpo como un nodo por donde fluye esta energía calórica, electrica, química o karmica. La materia misma como energía en estado sólido. Agarrar la ciencia empirica, podarla un poco y adaptarla para una explicacion decente de estos poderes. No creo en la Magia.
  • Hibridación. De pequeño ideaba un mundo multicultural y extraño, con distintas razas poblando la tierra: Humanos, Bestias Gigantes, Semi Bestias ( la mezcla de las dos anteriores) y humanoides derivados de otros animales; fruto de la evolución, supongo. Hombres Pájaro, Mujeres Gato, Semi Dragones, o sea, derechamente, Furryes. La explicacion es más o menos clara: de chico jugaba mucho con mis juguetes, y hacias hablar al peluche o al animalejo que tenias, quizás un pokémon o algo así. Le dabas personalidad a seres que no deberian tenerla, finalmente, tras años de incubar ideas retorcidas, te das cuenta que te gusta el concepto del Humano Bestia.
  • Cables. Cables entrando en el cuerpo de una persona, ramificandose y hechando raices, haciendo de carne y metal uno solo. Esta obsesion es antigua, se arraiga desde mucho antes de saber que cresta significaba cyberpunk. Más bien cuando de niño fui expuesto por mi madre a peliculas como Matrix o El Demoledor, o de más grande empece a ver animes como Barón Rojo (nunca me prendieron los Mecha) o el video de All is Full of Love de Björk. Posteriormente, Avalon, Neuromante y Ghost in the Shell acabarian el trabajo. Soy muy cyberpunk, me gusta, por eso la idea de humanos conectados a máquinas me atrae tanto.
  • Horror Extraterrestre. De pequeño, no podía dormir con la idea de que los extraterrestres entrarian en mi cuarto y me llevarian con ellos. No era el temor a lo que harían conmigo, eran ellos en si. Nunca me compré el cuento de los "Hermanos Mayores" que vendrían a enseñarnos un sendero luminoso. El que vinieran de quién sabe qué vacios estelares a efectuar el rapto causaba en mi un miedo inconsebible. No los imagino como una raza conquistadora tampoco. Son deformes, son desconocidos. Escapan a nuestro entendimiento, tienen parametros inhumanos. Men in Black me dejó pa la cagá. Pero definitivamente no hallé la respuesta hasta que me topé con un jovenzuelo paliducho al que llamaban Howard Philip Lovecraft. El entendía mi horror. Así supe que eran demonios.
  • Y más hibridación. Hibridar el mundo, crear una sociedad siamés en donde el viejo y el nuevo mundo se juntan. Disparas tu revolver, tu enemigo detiene la bala con un movimiento de su katana. En los institutos enseñan diplomacia y esgrima. Tienes amigos Piratas, Cientificos y Alquimistas, Machis y Demonios, Dinotopía, Ejecutivos, Fortalezas Gigantes de Acero volando sobre tu ciudad. Katanas Láser. Mezclar lo que más me gusta del imaginario Universal, introducirlos al matraz de la cabeza y dar a luz un mundo deforme y hermoso. Parte de la infección mental causada por, por citar un ejemplo, Dragon Ball.
  • Demonios. Cuando tenía doce años me enfrenté a uno de los cómics que cambiarían mi entendimiento para siempre: Hellboy. Sumemosle el haber llegado a mi de la mano de Los Libros de la Magia y 300. Nunca volví a ser el mismo. Pero Hellboy, Chrno Crusade, Cien Años de Soledad, The Legend of Zelda y una vez más mis juguetes (algunos Digimon tenían forma de Diablo) ayudaron a mi mente a asimilar cada vez más a los demonios de un modo que se salió del Arquetipo. La influencia oriental me mostró el camino definitivo, pero fue Crhno Crusade, con su frace "El Infierno existe para que exista el Cielo" lo que me hizo caminar por el. Metamos en la juguera cerebral además a Nietzche, un incipiente ateísmo, el acercamiento a las tradiciones más Medievales y Celtas, al bestiario Cabalistico,  al mundo nocturno de Constantine y Poe,y ya podemos imaginar los resultados.
  • Localismo. Cuando me empece a meter en la lectura de lleno quise comenzar a escribir. Uno de mis viajes iniciaticos es El Hobbit, de Tolkien. Me atraía el medievalismo, el choque de aceros, la lucha contra las criaturas mágicas, la Epopeya. Pero tuve un problema: ¿Cómo escribir sobre Dryades, Dragones, Hadas y Elfos siendo Chileno? Los europeos tienen todo el derecho: Es su cultura, su mitología. Pero a mi me molestaba, no quise hacerlo. Me llamaba más la atención hablar sobre Invunches, Colo-Colos, sobre el Trauko, sobre Ten-Ten y Cai-Cai. Pero no lo hice, quizá por miedo. Ahora ya dejé reposar más esas ideas y me he documentado más. La iniciativa llevada a cabo por Ortega y Baradit me dieron el empujon que me faltaba. Hablar sobre nuestra tierra es la raja, tiene tantas cosas que no hay para qué envidiar a los Tuathà de Dannan o a los Kami. Cada vez me gusta más la idea de hacer un LOTR chilensis.
  • Tentaculos. Tentaculos saliendo de la muralla. Tentaculos saliendo del piso. De un pozo. Un brazo revienta y de ahí emergen tentaculos. Tu oído revienta en tentaculos. Son la parte visible de algo mucho más grande que no veremos jamás. Parte de la pelá de cable que me causaron Hellboy/Lovecraft/Akira.
  • Sangre. ¿Qué puedo decir? Soy sangriento, pero le doy a la sangre una connotación permanente, especial. De chico me gustaban los vampiros (ya no). Luego Watchmen y Killer 7. Culpemos tambien a Samurai X.
  • Bestia. Una cosa es hablar de hibridos y furrys. Otra muy distinta es hablar de la bestia interna, del hombre como animal salvaje incapaz de controlarse, sucumbiendo a sus instintos más básicos. Hablo del frenesí. Hablo de la Forma Fuego. Hablo del Wendigo. Hablo de la Ira Berserk. Hablo de la Ríastrad de Cú Chulain. Hablo de la llamada de la Naturaleza. Licantropía Clínica. Licantropia Física. Me encanta.
  • Sicomagia. No podía faltar. Si, le creo a Jodorowsky. Que cada acto tenga por fuerza una reacción en la mente, en el futuro. La psicogenialogía igual. Acción/Reacción. Causa/Consecuencia. ¿Cómo no creerla, agarrarla, triturarla, modificarla un poquito, para luego introducirla en el imaginario de tus historias?
  • Muerte. Tumbas. Necrofagia. Me gustan las calaveras y los zombies. Crecí en un cementerio. Nothing else to Say.
  • Martires. La Muerte como arma, el último paso. Morir para ser inmortal. Dejar de ser persona para ser un simbolo. Un acto supremo de sicomagia. Parte del Heroismo Trágico. Ofrecerte a ti mismo como el sacrificio que pide el destino. Llevar la consigna en el pecho, ser un guía. Morir peleando, sin rendirte jamás, sin dar a tu enemigo la oportunidad de verte rendido y humillado a sus pies. Unir a tu gente bajo tu figura, bajo lo que representaras. "Moriré. Pero no te dejaré a oscuras: te dejaré buscando una luz".
  • Surrealismo. Para sumergirte en ti mismo y bucear, para mostrar mediante simbolos que nadie entiende lo que sientes de verdad. Para pelar el cable heavy sin que nadie te trate de incoherente. Pero lo que realmente me atrae es mezclar la cotidianeidad de la vida y de improviso romperla violentamente, para que en el fin el surrealismo y el realismo convivan odiandose y amandose en un mismo utero, que seria el mundo.
  • Anacronismo. Nunca me han interesado demasiado los viajes en el tiempo ni las paradojas temporales. Pero si narrar de un modo confuso, mezclar la forma de contar la historia dentro de la misma, aveces de modo omnisciente, a veces subjetivo, otras veces testigo. Pero lo que realmente me encanta es hacer historias ambivalentes, que crescan en ambos sentidos: hacia adelante mientras transcurre el tiempo, y hacia atrás por medio de recuerdos, flash backs, raccontos y narraciones dentro de los mismos personajes. Historias dentro de historias. Anecdotas al margen, documentos que lee el protagonista y tambien leemos nosotros. Eso me fascina.
  • Alquimia. La magia no existe, pero se pueden alcanzar efectos similares mediante el estudio y la meditacion. Los Brujos de Chiloé son la raja porque para cada acto de "magia" deben efectuar un ritual. Eso es alquimia. La cábala; los homunculos, los invunches: pura experimentacion, metodos cientificos "alternativos". La magia como el pálido reflejo de algo mucho mayor, como la antorcha que ciertos sectarios debieron encender en el Sol para iluminar su camino. Los rituales como un modus operandi identico al que usan los químicos al fabricar un remedio. Una vez más, el demonio de la razón, pero ahora con alcances que beben de la teología.
  • Arquetipos. El Eterno Retorno, la rueda, el Pratityasamutpada, la vida como una serie de ciclos que se repiten en un bucle interminable; y sólo unos pocos que logran romperlo. La Reencarnación, los 144.000 sellados. La Esposa Tantrica, el hecho de ser hombre y mujer como algo divino, el pertenecer a una Lilith. La traición. El martirio. La muerte y la afterlife. El Equilibrio, la vida como una ecuación en donde todo tiene su reflejo. El Mal, como parte necesaria para que la ecuación siga en equilibrio. Las Coincidencias Universales de las religiones como un principio canónico. El amor, la rabia, el sexo, la locura. Un hombre que no comprende su mundo, un mundo que no lo comprende. El Héroe. El Guerrero. El Venerable Anciano, La Machi. Que todo tenga fundamento. Frankenstein: el ser monstruoso creado a partir de lo que quedo de los demás. Los Cobardes. El Caudillo. Los Carteros. La Familia. La Duda Existencial. Los que mueren y los que nacen. Maestro y Experto, el Pupilo superando en el final a su Mentor. Eso por ahora.
  • El Eterno Femenino. Mis historias suelen ser medularmente masculinas, por la influencia de las epopeyas de Star Wars y LOTR. Los hombres pelean, los hombres dudan y traicionan, los hombres mueren. No poseen intuicion de Madre. Ahí aparece la mujer, como un auxiliar. Para resumir: Sheik y Fox peleando sobre la Halberd, Peach detiene la pelea ofreciendoles una taza de té: la voz de la razón por sobre la brutalidad masculina. El Utero que en la Gestación y en el Coito te acuna y sana tus heridas de animal idiota y territorial. Los Hombres compiten a ver quien la tiene más grande, solucionan sus problemas con violencia. Ellas no: por eso son tan importantes, pero no nos necesitan tanto como nosotros a ellas, por eso son sólo auxiliares. Debes enfrentar tu batalla final solo.
  • Antiheroismo. Para concluir, volver sobre la política y sobre el cyberpunk. No creo en el bien y el mal, porque son subjetivos. Dentro de una obra, cada personaje ha vivido distintas experiencias que lo han moldeado como persona, que lo motivan a ser como es. Por eso no hay buenos ni malos, y predomina sobre todo el antihéroe, tratando de sobrevivir en un mundo hostil, obsesionado en que si la vida lo golpea, él debe devolver el golpe más fuerte. El idealista muere o se corrompe, los conchesumadres siempre ganan. Un mundo gris. Los Buenos no son tan Buenos, y los Malos creen tambien que están haciendo el Bien. Es arquetipico, pero ese es mi Norte.

2 comentarios:

Dial dijo...

impresive! aunk muchas cosas las sabia, otras tanto las comparto, y otras cuantas no habia parado a detenerme a pensar como posibles obsesiones de nuestro amigo aki presente "Lupus".

wena volá.

buenas vibras!

L.P. dijo...

Digo lo mismo q el wn anterior... cada una de esas cosas es un sistema que funciona y crea al organismo conocido como López, hijo de Lupus.